El Ministerio de Emergencias ruso ha puesto en marcha una importante operación en la zona norte del Mar Negro, para contener el vertido de combustible y azufre que se derramó el pasado domingo tras una fuerte tormenta que hundió tres buques de carga. La situación amenaza con convertirse en una gran catástrofe ecológica en las costas rusa y ucraniana del estrecho de Kerch, que separan los mares Negro y de Azov.
Uno de los barcos llevaba 6.500 toneladas de azufre y otro era un buque cisterna, con 4.800 toneladas métricas de combustible a bordo, de las que se derramaron unas 2.000. años. Por el momento, se han hallado los cadáveres de tres marineros, pero aún se encuentran desaparecidos una veintena, procedentes de estos barcos y de otros que también sucumbieron a los embates del temporal.
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