El Milan pasa a la historia. Los 'rossoneri' se alzaron en Yokohama con el Mundialito de clubes y sumaron su cuarto entorchado mundial, algo de lo que nadie puede presumir. Boca fue la victima de una nueva demostración de la pócima milanista que no tiene fin. Kaká deslumbró e Inzaghi, como siempre, convirtió en oro todo lo que le llegó en boca de gol.
El 'Pippo' adelantó a los suyos, aunque los xeneizes osaron responder al campeón de Europa con un tanto de Palacio un suspiro después. Tras un primer asalto equilibrado, el Milan sacó la libreta y el talento a paseo para destrozar las ilusiones de Boca por los cuatro costados. Nesta puso el 2-1, Kaká finalizó una de sus obras de arte e Inzaghi hizo el cuarto en pleno éxtasis milanista. Con todo visto para sentencia, Ambrosini se metió el cuero en su portería ofreciendo una pequeña sonrisa a una afición argentina que comprobó de primeras cómo se las gasta el estudioso, sabio y rebelde soldado 'rossonero'.
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