El aroma del fútbol añejo volvió a San Mamés con la visita del Real Madrid, líder sólido de la Liga tras obtener un triunfo meritorio ante un Athletic guerrero que vendió cara su derrota. El ejecutor blanco volvió a ser una vez más Ruud Van Nistelrooy, especialista en resolver situaciones difíciles para su equipo. Lo mismo que Casillas, que dejó tres intervenciones en el albarán del partido que posibilitaron el triunfo madridista en la Catedral por tercera temporada consecutiva.
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